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CASSETTE 2

Conversaciones Telepáticas Del Primogénito.

Escuchar La voz del divino enviado lado B

Hermano: Bueno, yo sé que… hermano, si usted comete algún pecado ¿no?, usted se concentra, pide perdón a Dios y es perdonado.
Hermana: No hermano, porque ha roto leyes cósmicas pues hermano; usted cree… ¿Usted puede matar y pide perdón a Dios y ya está perdonado?
Hermano: Tiene que pagar
Hermano: Eso es cuestión de Dios, si me perdona o no.
Hermana: ¿De Dios?, suyo, porque… ¿Dios hizo el delito o usted?
Hermano: No, y entonces para que está la justicia pues… uno puede arrepentirse del pecado.
Hermana: Ah, está bien, pero le cae.
Hermano: Está bien, pero ya está hecho pues.
Hermano: Sí, pero tienes que pagarlo pues hermano, tienes que pagarlo, es la ley del karma; ya cometiste la causa y ahora tienes que sufrir el efecto.
Hermano: Yo no me refiero a un pecado más grave, ¿no es cierto?
Hermano: Pero estás diciendo: yo mato y pido perdón, y Dios me perdona… ¡no!
Hermano: Pero tú te estas arrepintiendo, así hayas matado.
Alfa y Omega: No, aquí hay una cosa: mire, el Creador toma en cuenta el perdón que piden como un acto de arrepentimiento, pero el Creador le pregunta al que pide perdón: Hijo, ¿crees tú que mereces el perdón? -buena la pregunta que lo deja mudo-, quiere decirle ¿has cumplido lo mío por sobre todas las cosas, para ser perdonado?, ¿te sabes el Evangelio de memoria por sobre todas las cosas para pedirme perdón, como fue mandado en tu planeta de prueba?, ¿perdonaste a otro tú, para merecer perdón?… entonces dice el Padre: el perdón, cuando se da, es exclusivo del libre albedrío de Dios.
Hermana: Pero Dios antes de morir, perdonó al buen ladrón porque se arrepintió.
Alfa y Omega: Sí, ese… fue escogencia de Dios, pero eso fue para él, ahora la pregunta es: para los demás cómo será; todo depende de la voluntad de Dios.
Hermana: Dios es amor… uno se arrepiente y no lo vuelve hacer.
Alfa y Omega: Sí, pero hermana, usted no olvide que Dios tiene un Libre Albedrío; si Él desea lo hace, sino no, tal como tenemos nosotros.
Hermana: ¿Cómo sabemos nosotros…?
Alfa y Omega: Entonces, si usted se encierra en el perdón total… no pues; tome en cuenta que también el Eterno tiene un Divino Libre Albedrío al actuar, como tenemos nosotros, no lo olvide nunca; dice el Padre:…
Hermano: Pero uno puede arrepentirse de sus pecados pues.
Alfa y Omega: Sí, pero el arrepentimiento eh… es una forma de humildad que se toma en cuenta, porque dice el Padre: es más fácil que se le dé oportunidad a uno que pidió perdón, porque se arrepintió, a uno que no se arrepintió, ni pidió perdón; eso se llama jerarquía de los soberbios.
Hermano: A ese punto voy yo pues.
Alfa y Omega: Porque hay seres que hacen maldades, ni se acuerdan del perdón, siguen haciendo más.
Hermano: Por eso yo le decía…
Alfa y Omega: Esos están peores.
Hermano: Uno para arrepentirse de sus pecados, puede meditar solo y pedir perdón a Dios.
Alfa y Omega: Justamente, y yo voy a explicar lo siguiente: de acuerdo a lo que se habla, de acuerdo a la obra humana, la humanidad —dice el Padre Jehova—, se dividió en tres grupos —no porque el Padre lo divida, ¡no!—; la criatura humana con su actuación en la vida se dividió: el grupo de los bienaventurados, que son los niños hasta los doce años de edad y no hay más, la inocencia es la única, no tiene Juicio; el grupo de los salvos y el grupo de los condenados; la gran masa de la humanidad está en el grupo de los salvos, porque hijo —dice—, porque están salvos de sus propias faltas; el bienaventurado pide y se le concede; al bienaventurado, a los niños en este caso, se le abren todos los Cielos, se le concede todo lo que desee y al instante; el salvo no puede exigir, porque el salvo —dice el Padre—, no tiene moral para exigir cuando pide, el salvo está a la espera de órdenes.
Hermano: Si un niño que no ha sido bautizado, y está dentro de los límites de los doce años, ¿también tiene abiertas las puertas del Cielo?
Alfa y Omega: Sí, porque el niño —dice el Padre—, es inocente de los que tenían que bautizarle, él no es culpable.
Hermana: (ininteligible)
Alfa y Omega: Tiene culpa; eso recae en los que estaban encargados de bautizarlo y no lo hicieron.
Hermano: Pero no necesariamente así —digamos—, se tiene que bautizar al mes o al año… de vida.
Alfa y Omega: Dice el Padre… —aquí hay una cosa—, que los que bautizaron a las criaturas siendo bebé, tienen puntaje de prontitud en lo del Reino.
Hermano: Ya.
Alfa y Omega: Y los que bautizaron pasado los años, no tienen puntaje de prontitud; no olvide que juzga todas las cosas imaginables.
Hermano: Digamos… en este caso: yo bautizo a mi hijo de pequeño, como usted dice, estoy ganando puntaje; llega a la mayoría de edad él, y renuncia ahí a la religión, al bautizo.
Alfa y Omega: Ese es problema de él.
Hno. ¿Qué pasa con mi puntaje?
Alfa y Omega: Su puntaje nadie lo toca, el problema es de él, porque tiene conocimiento de causa; es mayorcito, grandecito.
Hno. Ya puede hacer ya, lo que él crea más conveniente.
Alfa y Omega: Esto dura pasado los doce años, los doce años un segundo; doce años para atrás no se está en el Juicio, el Eterno no exige a los niños.
Hno. ¿No cree que se debería de llevar entonces, las enseñanzas de Jesucristo de bautizarse ya a la mayoría de edad?
Alfa y Omega: Dice el Padre: libre albedrío tiene la criatura cómo aplicar los Sacramentos, pero el Padre premia todo, todo vale; el que fue rápido tiene premio de rapidez, el que fue instantáneo en los Sacramentos… que apenas nació lo bautizó, tiene premio de instantáneo; el que se atrasó en los Sacramentos tiene premio de atraso; cada acto, molécula por molécula tiene su Juicio, su premio, su puntaje.
Hermana: Perdón hermano, dígame, para bautizar a las criaturas desde bebés, ¿qué religión —digamos— puede ser la más adecuada para bautizarlos?
Alfa y Omega: Dice el Padre: para bautizar el bebé, había que inspirarse en el Evangelio, eso recibe premio completo.
Hermana: ¿Quién sería —digamos— el más autorizado?
Alfa y Omega: Eh, los más autorizados son la misma familia, partiendo por los más antiguos, porque la criatura pidió aplicar los Sacramentos como un todo; aplicarlos como una cosa de uno mismo; todos prometieron aplicar los Sacramentos a todo el planeta de uno por uno, todos prometieron lo mismo, eso se llama comunidad de los Sacramentos; los Sacramentos hablan delante de Dios en sus leyes de Sacramentos, como habla el espíritu en sus leyes de espíritu; y el que practicó Sacramento en otros, tiene premio de Sacramento, el que no practicó Sacramento en otros, no tiene puntaje de Sacramento.
Hermana: Ahora digamos… bueno, ¿entre familias se puede bautizar?
Alfa y Omega: Sí.
Hermana: Ahora en lo material —las partidas digamos—
Alfa y Omega: ¡Ah!, eso dice el Padre, es ley de prueba según el sistema de vida; el Padre toma en cuenta la ley de prueba como obligaciones; el que se tomó el trabajo, la partida… de andar para arriba para abajo con un papel, con un timbre, un certificado, tiene puntaje de sacrificio; el que no se tomó ese trabajo, no recibe nada en esa Ley; osea que las cosas por microscópicas que sean, había que hacerlas.
Hermana: Hermano perdón, lo que la hermana se refiere, es que uno, uno este… realiza el bautizo en su casa, uno no tiene ningún certificado, nada… ni una constancia.
Hno. … Cuando nace una criatura se lleva a la municipalidad, se hace inscribir con dos testigos… ya.
Hermana: Eso es partida de nacimiento.
Hno. Pero la partida de bautizo no… no vale pues.
Hermana: En ciertos colegios… se exige partida.
Alfa y Omega: Entonces, dice el Padre: en el Juicio no se necesita de las leyes materiales de los hombres, el Juicio es a través de la Televisión Solar, escrito en el Evangelio como el Libro de la Vida.
Hermana: Está bien hermano.
Hno. Pero tenemos que vivir la vida real, la actual.
Alfa y Omega: Sí.
Hno. Si a nosotros nos imponen: usted tiene que hacer esto, esto, esto… tenemos que cumplir las leyes.
Alfa y Omega: Sí; entonces, uno alrededor del cuerpo tiene una pequeña televisión de todos los actos, alrededor… en colores; todo lo que entra por los ojos, queda impregnada en la idea en colores; el Hijo de Dios proyectará lo que tiene uno en la Televisión Solar o televisión atmosférica… enorme sobre las ciudades, y lo que era pequeño, él lo agranda; y la criatura y millones de seres verán los actos de uno por uno, porque la criatura le pidió a Dios Juicio público universal, sin ocultar nada, tal como se ventilan los juicios en el Reino de los Cielos; en el Reino todos son telepáticos, todos se leen la mente y se respetan mutuamente, amorosamente, nada se hace oculto; el ocultismo no es del Reino de Dios, el ocultismo es una forma de egoísmo; todo ocultista —dice el Padre—, tiene descuento de puntaje de egoísmo segundo por segundo, del tiempo que duró la práctica del ocultismo.
Hna. Todo esto entiendo hermano, pero digamos, la realidad de las cosas ¿no?; como le digo: si yo a mi hijo o a mi hija, lo quiero matricular en un colegio, y me exigen forzosamente la partida de bautizo…
Alfa y Omega: ¡Ah!
Hermana: Con explicarle eso —digamos—, no gano nada.
Alfa y Omega: Voy a explicarle hermanita: los que exigieron pruebas, certificados, papeles, controles… la pagan en el Juicio, nadie pidió la desconfianza a Dios.
Hno. Pero son leyes pues hermano, que hay que cumplirlas.
Hermana: Humanas.
Alfa y Omega: La prueba de la vida consistía… —voy agregarle un puntito, que el Padre hace rato me habló—; la prueba de la vida consistía, en luchar contra todo lo que era desconfianza entre los hermanos; se escribió: Todo espíritu duerme… duerme en sus propios derechos; dice el Padre: del momento que existió un sistema injusto, desigual, extraño, no escrito en el Reino de Dios, había que luchar contra tal sistema con todas sus fuerzas; es así que los llamados revolucionarios, surgidos durante las leyes del mundo del oro, son llamados profetas en el Reino de Dios, que le pidieron al Padre, hacer cambiar extraños sistemas de vida que le habían violado su ley; un revolucionario hijo —dice el Padre—, da hasta la vida por los demás, eso se llama caridad colectiva delante de Dios; y es más fácil que entre al Reino de Dios un revolucionario, que dio hasta la vida por los vivos para que tuvieran mejor mundo, a que entre uno que se cruzó de brazos, contempló y no hizo nada; nace una nueva psicología en las cosas; entonces, los mismos religiosos —dice el Padre Jehova—, debieron haberse convertido en los más grandes revolucionarios, en un sistema de vida en que habían leyes desiguales; mi hijo —dice el Padre Jehova—, Cristo, fue el Primer Revolucionario por la causa divina, ¿Por qué estos demonios…? —así los trata—, ¿Por qué estos demonios no lo imitaron?, ¿qué hicieron? —dice—; entraron en alianza con un mundo extraño, se dieron la mano y perpetuaron la división del mundo en la injusticia, la perpetuaron, eso se paga en el Juicio; no se puede servir a dos señores, no se puede servir a un mundo injusto, servir a este mundo injusto y entrar en alianza con él y decir que se sirve a Dios; porque se es acusado de hipócrita delante de Dios; otro llorar para los religiosos.
Hno. Eh, una pregunta, desde hace rato le escucho su conversación ¿no?, quiero decirle una cosa: todo lo que usted nos explica, le ha sido revelado o son conceptos suyos ¿no?, de los Evangelios.
Alfa y Omega: Esto me lo dicta el Padre por telepatía, desde los 7 años.
Hno. Eh, ¿lo que estamos conversando también?
Alfa y Omega: Yo diría que de mí no sale nada; soy bien atrasadito, soy limitado
Hno. ¿Cada cuánto tiempo recibe usted esta Revelación?
Alfa y Omega: En todo instante, esto no tiene límite, por eso que esto no tiene límite; el mecanismo, el medio, no tiene límites… es permanente.
Hno. Osea usted podría recibir también, una conversación telepática con cualquier otra persona común y corriente, o solamente con…
Alfa y Omega: No, aquí hay que explicar una cosa, en este planeta existen dos clases de telepatía: la individual que es de persona a persona, y la universal que es la que emplea el Padre; la universal explica el origen de todas las cosas, porque es universal; ésta tenía el Hijo de Dios y los Profetas, eso se llamaba lenguas extrañas… comprendían la psicología de los seres; la individual —dice el Padre—, aún está en pañales en la Tierra, porque no se usa diariamente hablar por telepatía entre los seres… está en pañales; el Hijo de Dios —dice el Padre—, era telepático toda su misión cuando fue Redentor, cuando pidió reencarnación de Mesías; cuando Él decía: voy al Padre, era comunicación telepática, cuando él agonizaba en la cruz y dijo: Padre, Padre, ¿por qué me has abandonado?; ahí hubo corte telepático, el abandono era más profundo de lo que la humanidad imaginó, el drama estaba adentro.
Hno. A nosotros nos han enseñado de que Él hablaba con su Padre, pero así, en forma verbal.
Alfa y Omega: Sí, y telepático; osea de que Él no estaba limitado.
Hno. Bueno, usted dice ¿no?, pero…
Alfa y Omega: Hermano …
Hermana: (ininteligible)
Hno. Pero a usted también le han enseñado así, ¿sí o no?… hablado.
Hermana: Ah, ¿a nosotros, a hablar telepáticamente?; pero uno puede hablar pues, mentalmente.
Hno. ¿Pero usted no puede hablar mentalmente?
Hermana: Sí, claro que sí.
Hno. ¿Con otra persona?
Hermana: Sí.
Alfa y Omega: Hermano, aquí hay una cosa, póngase en los dos casos usted pues, no se limite a uno, ponga los dos casos; porque en el Juicio, el Hijo de Dios le puede decir a usted: Así que tú hijo, creías que… creías que yo hablaba… puro verbal, no podía telepático; entonces el problema se le forma a usted; en cambio, si usted dice que el Hijo de Dios hablaba verbalmente y telepáticamente, porque todo lo podía, entonces usted no tiene problema cuando esté frente a Cristo; no se limite.
Hermana: Como dicen: hablaban; ¿piensa usted que es el habla así?, es mental -digamos-; para mí no hay ningún problema ¿no?, que dicen que hablaba con Dios… ¡pero hablaba telepáticamente!, ¡telepáticamente se habla con Dios!; así como usted siempre, al conversar con Dios, igual… decirle: Padre mío, esto, tal cosa, tengo este problema.
Hno. Yo puedo decirle a Él, pero Él no puede decirme a mí, no pues.
Alfa y Omega: No, depende del libre albedrío de Él pues.
Hno. Osea…
Hermana: ¿Por qué no puede hermano, si somos sus hijos?
Hno. Está bien
Hermana: ¿Por qué cree usted que no?, para Él todo es posible, si es Dios; ¿por qué Él no puede hablar con usted?
Hno. Para Él puede ser posible, pero no tengo ese don como el que tiene acá el hermano.
Hermana: Pero… porque usted tampoco lo ha tratado.
Hno. Es que nunca, nunca… yo me he dirigido a Él, sí… pero nunca he recibido una contestación.
Hermana: Hermano, pero puede ser una respuesta solucionándole los problemas, puede ser una respuesta transformando su vida; ¿si o no hermano?
Hno. No, es que estamos hablando de la telepatía pues.
Hermana: Hermano, pero es una respuesta que no es necesario que sea con palabras; una persona muda también este… sin palabras se sabe dar a entender, como un niño que aun no habla hermano, ¿sí o no?
Hermana: No, ah, si usted lo dice, es otra cosa porque usted quiere; pero no se cierre, porque los niños se hacen entender aún sin hablar hermano, ¿sí o no?, eso no me lo va a negar ¿no?; ¿sí o no?; los niños no necesitan… no es necesario hablar para entenderse.
Alfa y Omega: Entonces, cuando Cristo estaba de misión, de sus poros de su cuerpo salían unas líneas solares o dimensiones solares, que se llaman también: Cordones Solares, cuyos extremos estaban unidos a las moléculas de los elementos del planeta; cuando él expiró, los elementos-moléculas se (ininteligible), y estos cordones atraviesan todas las galaxias; porque todo Hijo de Dios o Padre Solar Primogénito Solar, cuando actúa en los planetas, lo hacen en armonía con los elementos; porque en las actuaciones de Dios interviene materia y espíritu, interviene el todo sobre el todo; la materia se resintió y el sol se oscureció, éstas son leyes Solares, no son leyes humanas; cuando un humano muere el sol no se oscurece.
Hno. (Risas)
Hermana: Hermano, hay un problema: ciertamente —digamos—, con la mayoría de los hermanos, es porque no se ha estudiado el cosmos, cósmicamente, universalmente, sino siempre se han limitado; entonces cuando hablan del cosmos, para muchos hermanos… han debido… pertenecer a ciertas… escuelas… no podría decir ocultistas, pero sí más bien espirituales; o hay muchos tipos de escuelas… entonces, que uno va aprendiendo y que en otras… uno puede avanzar más; como pueden ser rosacruces, etc. Un montón de escuelas que le enseñan a uno, todo el efecto cósmico; entonces esa persona tiene… mayor… facilidad digamos, para poder apreciar, entender esto, en plano cósmico; no solamente basados en el plano humano ¿no?, sino algo más amplio.
Alfa y Omega: Justamente hermana, en la Revelación dice: en el mundo hijo, en la prueba de la vida, hubieron muchas clases de fe; ¡Claro que hay muchas clases de fe!, porque la búsqueda fue en forma determinada individual por la misma criatura; unos por aquí, otros por allá, otros por abajo, otros para arriba; la fe que recibe el mayor puntaje de Luz es la que incluyó el todo sobre el todo, en otras palabras, la que tomó en cuenta todo; la fe que tomó en cuenta las leyes sociales de la lucha de la vida, es más completa que la fe que no tomó en cuenta las leyes sociales; y si esa fe además de las leyes sociales, tomó en cuenta lo cósmico, el infinito, el espacio, los astros, los soles, los planetas… es más infinitamente completa ante Dios; osea que la fe limitada recibe un puntaje chiquitito.
Hermana: Entonces hermano… yo he estudiado en colegio católico, incluso he debido ser monja ¿no?; entonces, ya cuando ingresé a la universidad, ya cambié totalmente, porque incluso negué a Dios y un montón de cosas, la verdad ¿no?
Hno. ¿Por qué lo negó?
Hermana: Bueno, por lo mismo que uno entra… y estaba pues con amigos comunistas, marxistas, leninistas y todas esas cosas, entonces uno va cambiando; y entonces dije: bueno yo… y todo nos explican a nosotros científicamente ¿no?, entonces bueno…
Hno. Y seguramente que una de sus ideas fue: que no existe Dios porque no lo veo
Hermana: Sí, exactamente… tengo que ver a Dios; pero otra cosa hermano, yo también decía: pero que me demuestren como han hecho el agua; el hombre ¿no?, hasta ahora no ha podido decir… el cielo, una planta, un niño ¿no?, pero seguía pues la corriente ¿no?, a los demás hermanos, entonces fue pasando el tiempo; un golpe, otro golpe, otro golpe; y cuando yo tenía problemas o cosas, o los demás hermanos… yo decía: ¡Ay Dios mío!; … porque si uno no cree en Dios… yo cuando tengo cosas digo: ¡Ay Dios mío!, ¡y digo que no creo!; entonces me estoy contradiciendo; entonces… pensando, la vida nos va llevando por cosas; y la inquietud esa; ¿sabe por qué negué a Dios?, la verdad no porque no lo veía, sino porque… qué decía la iglesia; yo quería escuchar hablar de Dios ¿no?, porque uno va para elevarse, olvidarse de los problemas ¿no?, cambiar, variar y estar más en armonía con Dios; y el padre comenzaba hablar… de la forma de gobierno, hablar de cómo debíamos ser; yo decía: ¿Pero por qué yo voy a estar…?; entonces yo una vez fui a confesarme, yo siempre me confesaba en la iglesia este… San Francisco, porque creo más —digamos—, en ellos, porque les tengo más confianza, así es que comencé incluso, a conversar con el padre mis ideas totalmente revolucionarias, y el padre me dijo: ¡No quiero escucharte —me dijo—, retírate!; dije: padre le estoy hablando, le dije lo que yo pienso, mi manera de ser le dije; padre por favor, yo quiero hablar con usted, porque tengo que hablarlo con alguien, ¡escúcheme!; —no quiero escucharte y retírate—
Alfa y Omega: ¡Qué extraño pastor de Dios!
Hermana: Así me dijo el padre; Ah…pero padre —le dije—, ¿Usted no cree que la Iglesia… todo es plata? —le dije—; padre… y no puede ser porque no todos tienen plata; este… comencé a criticarle, pero de una manera delicada, no… no una manera así, con una crítica fuerte, sino… como una conversación; me dijo: retírate —me dijo—, quiere decir que tú vas a venir a acá con escopeta, con metralleta y vas a matar a todos acá —me dijo—; no —le dije—… le estoy hablando padre, escúcheme, quería hablar con alguien al respecto; que más que con un padre ¿no?, con uno que me sacara de mis errores.
Alfa y Omega: Osea que usted fue a pedir consejo, a otros más ciegos que usted misma.
Hermana: Sí pues, entonces hermano, me dijo: retírate.
Alfa y Omega: Porque siquiera, si usted va a una persona como usted, siquiera es mas cortés, lo hace pasar y le dice: ¿Qué le pasa? —me imagino—
Hna. Sí pues hermano, estaba yo en el confesionario, yo fui… y me puse a conversar con el padre.
Hno. Yo creo que escogió un mal momento ah.
Hermana: Posiblemente, sí…
Hno. Porque digamos, si usted sabía para que cosa es el confesionario ya ¿no?, y con esto… yo no quiero decir que estoy defendiendo a los padres ¿no?, porque yo tampoco…
Hermana: No, no, yo tampoco…
Hermana: ¿Usted no comulga -digamos-, con los sacerdotes?
Hno. Yo no comulgo con ellos.
Alfa y Omega: Así que usted estuvo en el seminario, ¿Iba a ser madre… monja?
Hermana: Ah…
Alfa y Omega: ¿Iba a ser monja?
Hermana: Sí, yo iba ser monja.
Alfa y Omega: Sor Susana iba a ser.
Hermana: Sor Susana, porque tengo una tía que es, este… canonesa, madre canonesa…
Hno. Entonces usted muy bien sabía, para qué sirve el confesionario.
Hermana: No… sí, pero yo estaba conversando.
Hno. No, es que la confesión tiene que ser… pero la pregunta tiene que hacerla frente a frente.
Hermana: Casualmente sí pues… casualmente, como estaba conversando; porque es una conversación, también puede este… conversar; porque yo cuando iba a la iglesia San Pedro —porque todos los días iba a rezar—, me hice amiga con el hermano Maldonado… joven, un padre joven; iba y conversábamos en el confesionario, entonces sería por eso que… ya conversábamos y platicábamos; porque a las doce del día nadie se confesaba, y yo saliendo a las doce de… cómo se llama, de mi oficina, me iba a la iglesia San Pedro y escuchaba la misa de doce —doce y media a una—; siempre rezaba mucho, siempre he sido muy católica; así que también pues, me puse a conversar con el padre, pero el padre como… tal vez de un jesuita, de otro puedo admitirlo, pero nunca de un hermano así, que sea franciscano; no soy nadie para juzgar a nadie ¿no?, porque yo también voy a ser juzgada, pero francamente… yo le dije: padre, quiero seguir conversando con usted; me votó y tanta cosa… bueno, y ahí ni más fui… ni más me he vuelto a confesar, pero sí ante a Dios ¿no?
Alfa y Omega: Hermanita, eso de la confesión no debió existir jamás; dice el Padre: todos los que confesaron a otros en la prueba de la vida, tienen Juicio de parte de la intimidad, la intimidad habla delante de Dios en sus leyes de intimidad.
Hno. ¿Quién es el que debe perdonar los pecados?, nuestro Señor.
Hna. Sabe qué hermano.
Hno. El Señor Jesucristo.
Alfa y Omega: Dice el Padre: ningún… ninguna criatura que tiene Juicio pendiente en los planetas, ninguna debió confesar a otras.
Hermana: Hermano, hermano perdóneme que le interrumpa, pero yo analizando, porque siempre todo lo pienso, y como todos hemos leído y sabemos; entonces… hay que pensar mucho ¿no?; entonces yo dije: La confesión —dije—, ¿por qué me confieso, por qué instituyeron la confesión?; y decía: ¿Y por qué la santa inquisición?, entonces sacando dije: por qué uno se confesaba y se enteraban de cosas; entonces, ahí es como los padres se enteraban de todo ¿no?, y… y por eso los hacían condenar y tanta cosa, y les quitaban toda su casa; porque si uno dejaba todas las posesiones a la iglesia, se salvaba su alma, según teníamos entendido antiguamente ¿no?; entonces así yo supuse; yo mejor no me confieso, porque lo que quieren es enterarse; entonces ya se ha hecho una costumbre ¿no?, una costumbre muy antigua.
Alfa y Omega: Y… y que mala costumbre en lo moral ante Dios, porque dice el Padre: eso se llama atropello al libre albedrío de lo íntimo; cuando la criatura pidió sensaciones en su vida al Eterno, pidió la intimidad y no pidió confesar a la intimidad, porque eso es inmoralidad delante de Dios.
Hermana: Entonces hermano, hablando en serio… pensando, analizando, ¿no creen ustedes que yo esté, tal vez, en la verdad con lo que yo pienso?; analizando un poquito… es que tenía mis dudas, mis cosas; esto es porque es así, porque es asá, y cuando yo preguntaba no me contestaban.
Hno. ¿Por qué ahora sus inquietudes no los somete a otro padre?
Hermana: ¿A qué otro padre?
Hno. A cualquiera.
Hermana: ¡Ay!, yo necesito ahora de… con la gracia del Señor: de nadie.
Hno. No; pero por eso pues, pero por qué no va y le…
Hermana: ¿Por qué?
Alfa y Omega: Busque usted por su cuenta y avanza más.
Hno. Claro.
Hermana: No, yo… yo no tengo por qué preguntar a nadie, sino que… yo ya tengo toda la respuesta con la gracia de mi Padre, porque quien busca encuentra; con la gracia de Dios hermano, he encontrado.
Hno. Esta bien.
Alfa y Omega: El que busca encuentra.
Hermana: La verdad.
Alfa y Omega: Quien no busca, no encuentra nunca.
Hno. Yo puedo creer en Dios Todopoderoso, y ya con eso también… no voy a decir yo, que ya he encontrado la gracia ¿no?
Alfa y Omega: Pero la persona va, va encontrando la búsqueda, a medida que se va sintiendo feliz…
Hno. Acá la señorita o señora, se ha quedado todavía con la inquietud; osea…
Hermana: No, no tengo ninguna inquietud; ya yo tengo la verdad con la gracia del Señor, hermano.
Hno. Pero no tiene todavía, la respuesta concreta pues.
Hna. ¿Qué respuesta?
Hno. La que le iba a contar al padre fransiscano.
Hno. Osea que se ha quedado todavía… con esa pregunta.
Hermana: No, yo no… yo quería conversar, para ver el qué me decía.
Hermana: Ella quería desahogarse.
Hermana: ¿No?, yo quería desahogarme… mi problema …
Hermana: Ella quiere saber…
Hermana: Pero a mí no me interesa lo que me puedan decir el hermano, porque puede ser que sea más atrasado que yo espiritualmente ¿no?, a mi no me interesa lo que piensen los demás ahora; cada cual tiene su verdad y punto hermano.
Hno. Eso es cuestión de cada uno pues ¿no?
Hermana: Sí pues, sí.
Alfa y Omega: Pero resulta hermanito, de que acudir a los religiosos, es acudir a seres muy atrasados; están muy materializados a través de los años…
Hno. ¿Usted ha tenido conversación con alguno de ellos, hermano?
Alfa y Omega: Hasta con obispos, pero le voy a decir una cosa: (da algunos golpes a la mesa y dice:) ¡Esto!, es más blando en humildad y caridad; yo tengo más confianza en un pobre, que vive una vida pobre, un humilde con su creencia primitiva; que en ellos.