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CASSETTE 1

Conversaciones Telepáticas Del Primogénito.

Escuchar La voz del divino enviado lado B

Alfa y Omega: Pueden hacer preguntas hermanos.
Hermano: Ehhh, una pregunta: ¿Quiénes pidieron los Mandamientos?, lo que hace rato… estoy escuchando que dice: Pidieron ¿no? No sé a quién se refiere: Lo pidieron. ¿No?
Alfa y Omega: Ehhh… La criatura humana pide Mandamientos como pide la vida; cuando se pide a Dios la vida…
Hno. Pero acá actualmente también se piden leyes.
Alfa y Omega: Sí, es la criatura la que pide, el Eterno no impone nada; Dios es tan infinito, que El no tiene el complejo de imponer. Imponer —dice el Padre—, es un complejo de poder; se ve obligado a imponer; y El no tiene complejos, a El se le pide y El concede, y se acabó la historia. Por eso se dice que Dios es infinito. Dice el Padre: Jamás he impuesto a nadie en el universo desde que hay universo, no he tenido necesidad de ello, —dice el Padre—
Y nadie puede poner en duda esto, porque el que lo pone en duda está limitando a su propio Dios, le está poniendo peros, y más vale no ponerle peros. Entonces, cuando se piden los Mandamientos, los Mandamientos se piden —dice el Padre—, según la moral alcanzada por la criatura. Es así que estos Mandamientos de la Tierra, pueden resultar primitivos para otros mundos perfectos, que ya los pasaron cuando ellos eran imperfectos; nadie…
Hermano: ¿Pueda que hayan tenido la misma ehhh… evolución o creación que la Tierra, en otros planetas?
Alfa y Omega: Sí.
Hermano: El mismo sistema.
Alfa y Omega: Se lo voy a explicar: Lo igual es infinito; lo que se repite, y lo desigual, también es infinito.
Hermano: ¿Y por qué entonces dice… que otros planetas están más superados que nosotros?
Alfa y Omega: Porque han avanzado más; como nadie es único, como está escrito, las antigüedades no son únicas.
Hermano: Osea quiere decir que fueron creados antes que nosotros.
Alfa y Omega: Lo de Dios no tiene ni principio ni fin. En todos los planetas antiquísimos, buscan al más antiguo que ellos, y cuando lo encuentran, ese planeta que encontraron, está buscando a otro que es más antiguo que él; y así usted se remonta hasta donde su mente pueda imaginar. Después del Padre hay eternas y misteriosas búsquedas en el cosmos que no tienen límites, porque la obra de Dios no tiene límites; es por eso que nadie se proclama en el universo único, sólo el Creador es único, sea en el macro, en lo mayor, o en el micro, lo menor; cuando la criatura pide vida, pide las características de la vida, y se pide vida a Dios partiendo por la más grande inocencia que la mente pueda imaginar; se piden vidas porque no se conocen esas vidas, y el Eterno le ofrece a sus hijos, tantas vidas como quieren sus hijos, ¿no se le enseñó que Dios era infinito? Por lo tanto, en las existencias no hay que encerrarse en una. El que se encerró en una, conscientemente o inconscientemente le está poniendo límite al Eterno; y más vale no ponerle límites, porque dice el Padre: El que achica a Dios, se achica a sí mismo, achica su premio. Entonces cuando se pide vida, en el caso de los seres humanos, los espíritus le dicen: Padre Eterno… ¿qué es el olvido del pasado?, desconocemos esa sensación como Tú sabes.
Todo se pidió como sensación desconocida; todo lo que siente la criatura, —instante por instante—, no se conocía, por eso se dice la Prueba de la Vida. Aquí —dice el Padre—, nadie tiene asegurada la vida humana, porque está en prueba nomás Hijo. El que fue digno de la vida, puede volver a tener vida humana, —porque fue digno que no violó la ley—, el que fue indigno no tiene más vida humana; —puede pedir otras formas de vida, pero la humana no—. Y esto llena de vergüenza a la criatura; que no se le tenga confianza porque empleó mal una vida ante Dios.
La prueba de la vida —dice el Padre—, indica que nadie está seguro, el juicio es la última palabra en la prueba; por algo se anunció un juicio a la criatura, porque había una causa. Si nosotros no tuviésemos causa, —no hubiésemos pedido la vida, el pedido mismo es la causa—, nosotros tendríamos derecho a reclamar del juicio y decirle al Eterno: Padre: ¿por qué nos das juicio si no tenemos causa? A nosotros nos mandaron al planeta.
Y resulta que nosotros pedimos al Eterno; eso se llama: El libre albedrío del que pide. Entonces cuando se pide vida, los espíritus empiezan a pedir todas las sensaciones que no conocen.
Padre Eterno —le dicen— ¿qué es no verte a Tí en el lejano planeta Tierra?, desconocemos esa sensación.
Entonces el Eterno desaparece de ellos y los espíritus empiezan a buscarlo, y vuelve a aparecer radiante y alegre como un niño. El Eterno: ¿ves hijo?, esto es no verme.
La humanidad pidió no ver al Eterno en un instante llamado vida, porque la humanidad desconocía tal sensación.
Padre Eterno —le dicen los espíritus—, ¿qué es la muerte?, queremos conocer la muerte; como Tú sabes, no la conocemos, desconocemos la sensación de la muerte.
El Creador les dice: Hijos, la muerte es una transformación, ¿qué clase de muerte queréis?, lo mío es infinito, las clases de muerte son infinitas. ¿Queréis muerte por desaparecimiento del planeta? -eso se llama muerte misteriosa pedida a Dios-. ¿Queréis muerte por transformación física? —que teniendo una forma de repente tiene otra, y la que tuvo ya murió—. La humanidad pidió muerte por putrefacción, porque no conocía la pudrición, y se concedió. Sensación por sensación; todo cuanto usted pueda imaginar se pidió a Dios, es por eso que el juicio es sensación por sensación.
Hermano: Eh, perdón hermano, se supone de que si yo deba morir, ¿debo haberlo pedido morir así?
Alfa y Omega: Sí.
Hermano: ¿En qué instante le pedí?
Alfa y Omega: Aquí hay una cosa, las criaturas pidieron la muerte y pidieron a la vez, la incertidumbre en la muerte; por eso que casi nadie puede profetizar su muerte, esta sensación se pidió a Dios.
Hermano: Pero no, ehhh… perdón, no…, no le entiendo… no…, ¿En qué instante, en qué lapso de tiempo le he pedido morir así, de ese modo?
Alfa y Omega: Cuando se pide vida, cuando el Creador le da la vida…
Hermano: Pero El no pide vida, tampoco.
Alfa y Omega: Sí, y …
Hermano: ¿Cuándo he pedido vida yo?
Alfa y Omega: Usted pidió vida en el Reino, cuando era inocente todavía, carente de ciencia.
Hermana: En forma espiritual.
Alfa y Omega: Usted no recuerda porque pidió olvido, ese olvido que tiene, que usted lo siente —y nadie puede negar que usted tiene un olvido—, se pidió a Dios porque no se conocía.
Hermano: Osea, ¿se supone que yo estaba en el Reino de los Cielos?
Alfa y Omega: Justamente.
Hermano: Y le pedí venir acá y morir de esa forma; y después de esa muerte ¿qué va a pasarme? ¿El me va a juzgar de lo que hice?
Alfa y Omega: Siempre que usted haya pedido juicio después de la existencia.
Hermano: ¿Y si no pedí juicio?
Alfa y Omega: Lo pide cuando usted lo determina. Todo se pide a Dios, El nada impone.
Hermano: Osea yo podría vivir dos, tres vidas ¿y después pedir un juicio?
Alfa y Omega: Sí, puede vivir usted trillones de vidas y no pedir juicio, eso es un instante para Dios. Donde está el Eterno, existe el tiempo celeste, un segundo celeste equivale a un siglo terrestre; es por eso que se dice, que sólo hace unos instantes, que Dios hizo el mundo. Seis días dice el Evangelio ¿no?
Hermano: ¿Sobre qué base hace la comparación, de que un segundo ehhh… —como se llama—, un segundo espacial es igual a un siglo?
Alfa y Omega: Porque lo de Dios es tiempo eterno, y los tiempos de los planetas son relativos. Todo tiempo planetario del universo está subordinado al tiempo de Dios.
Hermano: ¿Sería solamente… como una conjetura nomás?
Alfa y Omega: No, es una realidad. El hombre está viviendo los tiempos relativos de los planetas, sabe la edad de los planetas, sabe que nada es eterno, sabe que los planetas envejecen y desaparecen; en cambio, se le enseñó que el tiempo de Dios es eterno, y es eterno. Sabe ambas cosas, lo que le falta ahora al hombre es la ciencia, la relación que existe; es como quien tiene el dato y faltan los detalles, ¿comprende?; ahora el Padre da los detalles; es un trabajo fascinante, relación de los tiempos planetarios con el tiempo de Dios; porque todo tiempo salió del tiempo de Dios, y todo tiempo pidió tiempo para su desarrollo, tiempo para los actos de las criaturas, y tiempo de juicio; hay tres tiempos en el tiempo. Los tiempos tienen jerarquía, como tienen jerarquía las criaturas pensantes, los tiempos tienen trinidad, como tiene trinidad la criatura; todo lo que tiene uno, lo tienen los elementos en sus leyes de elementos, nadie es menos ante Dios. Cuando se pide vida, uno lo hace conversando con los elementos en presencia de Dios; uno conversó con las aguas, conversó con el fuego, conversó con la gravedad; eso se llama alianza con los elementos; todos pidieron causa ante Dios en su respectiva ley, por eso que hasta los elementos son juzgados por Dios, como es juzgada la criatura espiritual; nadie es menos ante Dios; eso está representado en el bautismo, usted sabe que el bautismo… el Sacramento, es a base de agua; eso significa que donde se hizo la molécula de agua, se hizo uno; en el mismo lugar, por el mismo Dios, en el mismo punto del espacio.La criatura humana —dice el Padre—, en otras existencias fue molécula de agua, fue microbio.
Hermano: Dígame hermano, esteeee… en la religión cristiana ¿no?, a los niños se les bautiza, digamos, de acuerdo a la posibilidad del padre; así sea naciendo o cumpliendo un año; ehhh… Nuestro Señor Jesucristo fue bautizado a los treinta y tres años ¿no?
Alfa y Omega: Sí.
Hermano: ¿Cuál…? ¿por qué sistema cree usted más conveniente, de hacer el bautizo a la criatura o al ser humano?
Alfa y Omega: Dígame en qué sentido dice usted: el sistema.
Hermano: Porque digamos, la criatura siendo pequeña ¿no?, prácticamente al momento de bautizarlo, le están inculcando a abrazar la religión cristiana, sin tener conocimiento de nada.
Alfa y Omega: Sí.
Hermano: (ininteligible) ¿Cree que es conveniente eso, o no?
Alfa y Omega: Dice el Padre: Cuando se menciona la palabra Dios en un sacramento, es conveniente, porque El todo lo puede; pero aquí hay otra cosa, cuando se pidieron los sacramentos a Dios, los sacramentos se pidieron como un algo propio; el sacramento habla delante de Dios en sus leyes de sacramento, como habla el espíritu en sus leyes de espíritu; cada uno pidió practicar el sacramento con otro, lo más que podía en la prueba de la vida. El que no practicó los sacramentos, tiene juicio de parte de los sacramentos de haberlos mirado en menos. Aquí va a ser otro llorar para la humanidad. Dice el Padre: Como se enseñó que Dios está en todas partes, el hogar donde se vivía debió haber sido el templo, porque El está en todas partes, y es más fácil que entren al Reino de los Cielos, los que tuvieron por templo su hogar, —cumpliendo lo del Evangelio, que está en todas partes—, a que entren aquellos que fueron a hacer práctica a extraños templos, no escritos en el Reino de los Cielos; porque dice el Padre Jehova lo siguiente: Las llamadas religiones Hijo, no son del Reino de los Cielos; ninguna filosofía que le divida a sus hijos en los lejanos planetas; nada dividido se conoce en el Reino, se desconoce.
Hermana: Y dígame, y todas aquellas personas que han sido bautizadas por la religión católica, y en la mayoría de edad abraza otra religión y vuelve a ser bautizada, digamos…, ¿qué valor tendría?
Alfa y Omega: Ahí tiene mérito dividido, porque está la influencia de la división.
Hermana: ¿Y delante de Dios?
Alfa y Omega: Igual se juzga. Dice el Padre: La prueba de la vida consistía en saber a quién se seguía, a quién se servía; por eso se enseñó: El que busca encuentra; en otras palabras, en la prueba de la vida había que convertirse en el más grande investigador de las cosas de Dios, e ir tachando los errores.
Hermana: Pero si las dos religiones persiguen la misma cosa, digamos… buscar a Dios, salvar su alma.
Alfa y Omega: Sí, indudablemente; pero aquí hay una cosa, que las religiones no están en el Evangelio, no están en la Biblia tampoco.
Hermana: Pero cada religión digamos, hace un sacramento ¿no?, el sacramento del bautizo.
Alfa y Omega: Este problema, es problema de cada uno; cada uno en la individualidad debió haberse dado cuenta. Porque en el Juicio de Dios, ninguna religión lo va salvar de lo que le venga en el juicio; cada uno es… según sus obras.
Hermana: ¿Y cuál es la verdadera religión?
Alfa y Omega: La verdadera religión —dice el Padre—, es la que no divide. Cuando su Hijo Primogénito Solar Cristo dijo: Sobre esta iglesia, sobre esta roca construiré mi iglesia; ni remotamente pensó en una iglesia dividid. Es lo mismo que cualquiera de ustedes hace una empresa y a la vez la quiere dividir, ¿qué pasa?, ¡se hunde pues…! Uno parte para allá, otro para acá y su obra queda en nada.
Hermano: Pero ya puso como base a una iglesia.
Alfa y Omega: Sí.
Hermano: ¿Osea que a esa iglesia todos deberían de acudir?
Alfa y Omega: Sí, pero no a la iglesia con división; porque le advirtió: Sólo satanás divide. Entonces, la iglesia creada por los hombres —dice la Revelación—, no es la de Cristo; El hizo una iglesia unida.
Hermano: Una sola.
Alfa y Omega: Una sola, igualitaria; es indudable, lógico. Y si usted le pregunta esto a un sacerdote le dice igual: Indudablemente el Hijo de Dios, como Dios mismo, quiere lo mejor para sus hijos —le dice—. Y esto es sin dudar para ellos. El Padre, con palabra y psicología más sencilla que la mente pueda imaginar, explica lo más difícil, nada es imposible para Dios. Y El dice: A la palabra sotanas —Hijo—, tú le quitas la o y le pones la a, y tienes Satanás. Entonces dice el Padre: El juicio empieza hijo, por los más poderosos, por los más influyentes, por los más engreídos de un extraño sistema de vida, que nadie pidió a Dios.
El sistema de vida basado en las leyes del oro, nadie lo pidió a Dios, porque nada injusto se pide a Dios, ni los llamados ricos pidieron este sistema de vida. ¿Van comprendiendo ahora, lo que dice el Evangelio?, el llorar y crujir de dientes, —en forma microscópica—, porque esto es infinito. Entonces dice el Padre: El Juicio empieza con los llamados religiosos, empieza por los que me confundieron a mis hijos, empieza por ellos. El Padre les llama a ellos: La Gran Ramera en Revelación, que comerció con el mejor postor. Cuando surgía una nación, allá iba la ramera… bendiciones…. Sabía que la nación fabricaba armas, sabía que se mataba… igual, la abrazaba, bendecía a los reyes; le daba lo mismo.
Hermano: ¿Por qué Dios —digamos—, no puede unificar todo en una sola religión?
Alfa y Omega: El término está mal dicho hermano; el que tenía que unificar era el hombre, porque la prueba era para el hombre, el Eterno sólo observa lo que a El se le pidió.
Hermano: No.., está bien, pero el hombre es el que divide pues.
Alfa y Omega: Sí, pero el hombre pidió tiempo, espacio, filosofía para sus actos; pidió juicio, y el Padre respeta el tiempo que se le pidió a El.
Hermano: Esto, lo que ha pedido, ¿es lo que me contestó que era antes de nacer?
Alfa y Omega: Sí.
Hermano: Osea que él pidió. ¿Y cómo se comprueba eso?
Alfa y Omega: Por el Juicio anunciado. Si se anunció un juicio, significa que esto tiene un fin, que tiene un término; el juicio es la última palabra en todas las cosas.
Hermano: ¿En el juicio está comprendido, la destrucción del mundo o no?
Alfa y Omega: ¡Ahhh!, interesante. El Juicio de Dios no es la destrucción del planeta, porque El no destruye su obra; el Juicio de Dios marca el fin de un extraño sistema de vida, desconocido en el Reino de los Cielos; es la caída de un sistema, y nace otro.
Hermano: Donde dice: Marca el fin del sistema de vida. ¿En forma general?
Alfa y Omega: Sí.
Hermano: ¿O progresivamente?
Alfa y Omega: Todo. Porque El creó todo y juzga todo.
Hermano: ¿Osea que se destruye prácticamente toda la humanidad?
Alfa y Omega: No. Aquí hay transformación, no destrucción. El transforma a los seres por costumbres, El no emplea la fuerza, no tiene necesidad de usar la fuerza, es tan infinito que no usa la fuerza; entonces el Hijo de Dios, provoca en este planeta, la más grande revolución; eso se llama: Los que son a la izquierda, —los del Cordero—, y los que son a la derecha, —los de la bestia—. Bestia, como está en el Evangelio, significa el egoísmo, la dureza conque se gobernó un mundo. Este mundo —dice el Padre—, viene siendo gobernado por siglos por un grupo de acomplejados al oro, que como individuos no supieron vencer tal complejo; y por culpa de este extraño complejo, es que la humanidad sufre; es así, que tres cuartas partes del juicio, lo reciben los que crearon este extraño sistema de vida, y el cuarto restante lo recibe el pecador común y corriente. Es un circulo Omega, que significa juicio total, dividido por cuatro; eso se llama: El ángulo de Cristo; el cuatro que está en el Evangelio. El mayor peso del juicio se lo llevan los que crearon este sistema de vida; y dice el Padre lo siguiente: Este extraño sistema de vida —Hijo—, se tomó el extraño libertinaje, de recurrir a la fuerza para imponer su reinado.  Y El pregunta en la Revelación: ¿No están las llamadas fuerzas armadas extendidas por todo el planeta?. Eso no lo niega nadie, por siglos se ha extendido.
Si este sistema de vida no se hubiese basado en la fuerza, nosotros tendríamos que pagar todos los pecados completos. El sólo hecho de valerse de la fuerza para imponer un sistema de vida, tres cuartas partes la pagan los creadores del sistema, por el solo hecho de usar la fuerza. La prueba de la vida consistía en no usar la fuerza. Otro llorar para los que dirigen, porque tres cuartas partes menos del Juicio de Dios, ya es como un premio ante Dios. Un hermano por ahí me decía: menos mal —me decía—, tres cuartas… ¡menos!, menos mal, es un consuelo. Pero no es nada un consuelo, para el que le cae tres cuartas partes.
Hermano: Ehhh, una pregunta. Usted antes habló… que sacándole la o a la sotanas quedaba satanás ¿no?; ehhh… ¿Debo entender de que la Iglesia Católica está equivocada?
Alfa y Omega: Indudablemente que se equivocó de camino, no tradujo lo de Dios en forma sincera; porque dice el Padre: La prueba de los que tradujeron mi Evangelio Divino —dice—, consistía en sacar una sola psicología en la traducción para los humanos, para no confundir al planeta. Los que tradujeron las Escrituras de Dios, —que son como trescientos personajes en todas las épocas—, tienen un juicio aparte; porque todo espíritu es probado por Dios, hasta ellos son probados. La traducción —dice el Padre-— de su Evangelio, no se hizo fiel, porque los hombres traducían las cosas de Dios de acuerdo a los intereses de la época; se falseó mucho delante de Dios, por conveniencias de la época. Eso se paga en el juicio.
Hermano: Entonces, ¿cuál es el real Evangelio?
Alfa y Omega:  El Evangelio verdadero —dice el Padre—, es aquel que no divide a nadie; y la verdadera adoración a Dios, es el trabajo, y no hay más.
Hermano: Osea que debo entender de que, las religiones y las sectas estarían demás, si uno se dedica enteramente a su trabajo, ¿no?
Alfa y Omega: Justamente, y se lo voy a explicar: Cuando El le dijo: Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, El quiso decir a la humanidad: Imítame en el sacrificio, todo lo que te cuesta vale más delante de Dios, —quiso decirle—. Todo lo que cuesta sudor y sale de uno, es auténtico delante de Dios, porque salió de uno; entonces, el trabajo tiene premio segundo por segundo, de todo el tiempo que trabajó Es más fácil —dice el Padre—, que entre al Reino de los Cielos, uno que trabajó toda la vida, a uno que asistió a templos materiales toda la vida; los que asistieron a templos materiales adorando imágenes, no tienen puntaje, porque se le advirtió en el Evangelio: No adorarás imágenes ni semejanza, ni templo alguno. Estaba avisada la humanidad.
Hermana: Pero Jesús dijo: Este es el templo de mi Padre.
Alfa y Omega: Sí.
Hermana: Y botó de allí a los mercaderes.
Alfa y Omega: Sí, pero él lo dijo pensando en un templo de unidad para el mundo, no dividido.
Hermana: No es como lo cuentan…
Alfa y Omega: Usted nunca se ponga en la cuestión de la división. Satanás le dividió a los ángeles del Padre, no sea cómplice.
Hermana: Pero ahí digamos, era un templo, un local, donde los sacó Jesús a los…
Alfa y Omega: Exactamente, pero El lo dijo para enseñanza de la psicología de la época.
Hermana: Pero así no se entendió…
Hermano: Pero no lo entendieron en esa época ¿no?
Alfa y Omega: No, no le entendieron.
Hermano: ¿Por qué no empleó entonces otro… otro lenguaje más adecuado a esa época?
Alfa y Omega: El se los dijo en más de una oportunidad: Si no entendéis las cosas terrenales, menos entenderéis las celestiales.
Hermana: Pero precisamente para entender hay que explicar, ¿no?
Alfa y Omega: Indudablemente; entonces si él no quiso explicar, es problema de su libre albedrío de él, ya no es problema nuestro.
Hermano: Pero el problema nos lo dejó a nosotros, que no lo entendimos entonces.
Alfa y Omega: Sí, porque el espíritu humano pidió prueba de vida. Nótese, el Eterno no le dio toda la nueva a la criatura cuando pidió vida, el Hijo de Dios no le dio toda la luz tampoco; y se han preguntado ustedes ¿por qué?, ¿con interrogativo?. Porque cuando se pidió vida a Dios, se pidió ser probado en la vida, partiendo por las Escrituras. En otras palabras, el Hijo de Dios dejó una doctrina, que en nada tocó el libre albedrío humano en los actos propios; porque los actos tenían que ser auténticos de uno, de acuerdo a la prueba que se pidió a Dios; osea que una parte tenía que ponerla la individualidad. Eso se llama Alianza del Entendimiento entre criatura y el Hijo de Dios. Si el Hijo de Dios le da todo lo que viene, le explica todo con sus mínimos detalles, ya deja de ser prueba, ya sabemos todo; en cuanto al destino, sabemos todo; sin embargo pidió la prueba, pidió la lucha mental por comprender la verdad.
Hermana: Y uno necesita ayuda, por ejemplo, en esa búsqueda…
Alfa y Omega: Indudable, indudable que la ayuda es una caridad ¡ah!
Hermana: ¿Cuál es la ayuda que se necesita ahora?
Alfa y Omega: Ehhhh, la ayuda —dice el Padre—, consiste en investigar las cosas de Dios. Hay muchos seres muy avanzados en sabiduría que ayudan a otros. Entonces dice el Padre: Es más fácil que entre a su Reino, uno que buscó la verdad, aunque sea una molécula, a que entre uno que no lo buscó; porque el que buscó una molécula, esa molécula lo defiende delante de Dios, en sus leyes de molécula; —ése ya tiene quien lo defienda ante Dios, aunque sea una molécula—, el otro…
Hermano: En ese caso, ¿estarían comprendidos solamente los científicos nomás?
Alfa y Omega: No, no confunda.
Hermano: Es una molécula pues…
Alfa y Omega: No, aquí se refiere en todo orden de cosas; los científicos…
Hermano: Porque digamos, las moléculas… esta silla está formada por moléculas; el cuadro, todo lo que se ve está formado por moléculas ¿no?; pero dentro —digamos—, eh… esencialmente, osea… la esencia de la molécula ¿no?
Alfa y Omega: Quiere decir, quien buscó lo más mínimo. Imaginemos…, uno pensó: …Debe haber Dios que haya hecho ese gesto en la vida…, y nada más. El otro, ni eso dijo, ¿va comprendiendo?
Hermano: Osea que la molécula, es solamente en sentido figurado.
Alfa y Omega: Exactamente. Entonces eso quiere decir, que hasta lo más microscópico es premiado por Dios; El premia lo microscópico cuando se ha ganado el premio, y castiga lo microscópico cuando se ha violado la Ley…