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CASSETTE 1

Conversaciones Telepáticas Del Primogénito.

Escuchar La voz del divino enviado lado B

Alfa y Omega: La humanidad escogió una forma de fe, que le dividió a sus hijos en muchas creencias, habiendo un solo Dios nomás; esta extraña división se llama en el Reino de Dios, confusión mental; y esta división dice el Padre, se paga en el juicio que viene, segundo por segundo; nadie pidió dividir a nadie en la prueba de la vida; nadie pidió imitar a Satanás, que le había dividido a sus ángeles en el macrocosmo llamado Reino de los Cielos.
Los llamados religiosos —dice el Padre—, surgidos durante el desarrollo del mundo del oro, se olvidaron de la advertencia que sólo Satanás divide; y se olvidaron de que ellos también están en el juicio… ¡si son criaturas como todos!  Y el juicio principia por ellos, por los que le dividieron los hijos a Dios; la prueba de ellos consistía en no dividire; y el Padre dice: Las pruebas son las pruebas. Entonces los religiosos, no tuvieron la habilidad mental, a través de los siglos, de mantener unificado al mundo en una sola psicología del Evangelio de Dios; no les dio la cabecita a ellos; y el Padre los llama a los religiosos —en lo que viene en Revelación—, como los más atrasados de la evolución humana; son los mismos fariseos —hijo—, del pasado, que pidieron nueva existencia en la Tierra; porque todo espíritu nace de nuevo, para conocer vida nueva. Esto está en el Evangelio, el nacer de nuevo. La Revelación de Dios, se extiende por el mundo como conocimiento y no divide a nadie; se extiende a todos los idiomas, porque lo de Dios no tiene límites, y lo que no tiene límites invade todo, porque no tiene límite; eso se llama: Por el fruto se conoce el árbol. Entonces, este conocimiento —dice el Padre— se va a llamar con el seudónimo Alfa y Omega; pero no es religión; el Eterno no imita a sus hijos cuando El decide enviar doctrinas a los planetas; porque El es infinito; entonces hay que distinguir lo que era el Evangelio, salido del libre albedrío de Dios, y lo que eran las formas de fe, salida del libre albedrío humano. Entonces, la Revelación de Dios no es religión, porque aquí hay que aclarar conceptos; porque las religiones son de los hombres; lo de Dios viene a juzgar la obra de los hombres; por eso que lo de Dios no es religión. Como fue escrito, que el hombre es juzgado por todas sus obras, las formas de fe, que se dieron los hombres, están también dentro de la obra; no hay forma de fe que no sea juzgada.
Se acerca una época que… va a ser conocida como el llorar y crujir de dientes; eso se debe a que el Juicio de Dios es idea por idea, a partir de los doce años de edad, porque la inocencia de los niños —dice el Padre— no tiene juicio; el juicio es para los llamados adultos de la prueba de la vida; eso está en el Evangelio.
Hermana: Buenas tardes.
Alfa y Omega: ¿…qué dice?
Hermana: ¿Cómo está?
Alfa y Omega: Buenas tardes, cómo está… Empezó el viento, eh… ¿Usted ya había visto esto antes?
Hermana: No, primera vez.
Alfa y Omega: (ininteligible) estos son los… como le explicaba al hermano, la Escritura Telepática.
Hermano: ¿Por qué le llaman telepática?
Alfa y Omega: Porque esto lo dicta el Padre por telepatía.
Hermano: ¿A quién se lo dicta?
Alfa y Omega: A mí, desde los siete años.
Hermano: ¿Es un don especial?
Alfa y Omega: Eh… sí; todo lo que uno vive en sensaciones, lo pide a Dios; yo pedí revelar tal como otros piden inventar. Cuando se da la vida en el Reino de Dios, se le da la vida a la criatura por sensaciones, de a una por una; por eso es que el juicio es también sensación por sensación.
Hermano: ¿Habría alguna prueba fehaciente de esa transmisión?
Alfa y Omega: La prueba está acá.
Hermano: Para comprobarlo.
Alfa y Omega: La prueba está acá.
Hermana: No, yo creo que el señor se refiere a que si podría estar en el momento preciso que usted recibe este mensaje.
Alfa y Omega: Eh… yo recibo…
Hermano: Sino también alguna prueba fehaciente ¿no?, porque —digamos— yo también… otra persona podría escribir ¿no?, y yo digo también, que recibo… revelaciones.
Alfa y Omega: Sí, le voy a explicar lo siguiente a usted: Los que hablan de prueba, tratándose de Revelación, tienen juicio; porque dice el Padre: Es más fácil que no tenga juicio el que no pidió prueba a uno que pidió prueba, porque se mandó creer en lo de Dios por sobre todas las cosas.
Hermano: Eh, perdón… usted dice que no se podría pedir pruebas para lo que es de Dios ¿no?, y ¿cómo sabríamos directamente que es de Dios, si no hay otra…?
Alfa y Omega: Yo en denantes le dije que esto se extiende por todo el planeta.
Hermano: Claro, lógico.
Alfa y Omega: Ya; se traduce a todos los idiomas… ¿Le parecen pocas las pruebas?
Hermano: No… sí, pero se supone de que… tanto el mal como el bien se extienden por todo el planeta ¿no?
Alfa y Omega: Sí, pero una cosa hermano, que antes de pedir prueba hay que tomar conocimiento de esto; eso se llama juzgar por conocimiento de causa. Entonces usted para poder juzgar esto y sacar conclusiones, tiene que leerse los cuatro mil rollos y después darme la opinión; es lo justo; porque si a mí me presentan algo que no conozco, yo pido ese algo y me impongo.
Hermano: Ya, eso es una prueba ¿no es cierto?
Alfa y Omega: Exactamente; la prueba está acá, le digo.
Hermano: Usted lo ha sometido esto, digamos, a otra religión también.
Alfa y Omega: No, lo de Dios no está sometido a religiones.
Hermano: No, pero digamos a una persona más entendida.
Alfa y Omega: Sí, han visto esto… le dije que era desde los siete años, imagínese usted la de personajes que lo han visto… esto; porque lo de Dios se muestra, pero no se ruega; el Padre Jehova muestra las revelaciones pero no ruega a nadie; osea que los prueba a todos, todo espíritu es probado en ella.
Hermano: Y las Revelaciones que usted recibe, y están escritas acá en estos rollos, está este… —digamos—, en forma tal como usted la ha recibido o ya tiene agregados esto.
Alfa y Omega: ¡Ah!, se lo voy a explicar… Aquí no hay agregados, porque si hubiera agregados, estaría participando la imaginación mía, entonces yo podría decir: ¡Esto es mío!. Si yo digo: Esto es mío, por muy fabuloso que sea el trabajo, yo estoy mintiendo, porque no es mío.
Hermano: Entonces digamos también, que tiene ese don de…. retener ahí en la memoria como una grabadora.
Alfa y Omega: Sí. La telepatía viviente, de la cual no le he hablado nada, eh… ocurre viendo las escenas, y las escenas hablan; es lo que se llama el Universo Viviente de Dios; el Eterno hace hablar a la materia, en sus leyes de materia, y al espíritu, en sus leyes de espíritu; nadie es menos ante Dios, ni la materia ni el espíritu; por eso se le enseñó: Dios es igual para todos, o todos somos iguales delante de Dios. El que dice que Dios no hace hablar a la materia, le pone límite a su Dios y tiene compromiso de boca con Dios; ese es problema del que le puso límite a Dios, y más vale no ponerle límite a Dios, ¿No se le enseñó que Dios era infinito, por qué me ponen límite? —pregunta el Padre en la Revelación—. Hay millones que en sus formas de fe le ponen límite a Dios; hablan de boca: Dios es infinito; porque lo han visto en el Evangelio, han escuchado y deducen; cuando llega una conversación del cosmos por ejemplo, de hablar de planetas habitados, esos mismos que dijeron que Dios era infinito, empiezan a dudar: …¿Oye, habrá gente arriba? ¿existirá otro más?. Esta extraña controversia mental se paga en el juicio; porque dice el Padre: O se cree en el infinito de Dios, o no se cree. Como le digo: Ese es problema de los que le ponen límite a su Dios.
Hermano: ¿Quién… quién… quién afirma de que hay habitantes en otros planetas?
Alfa y Omega: Se enseñó que lo de arriba es igual a lo de abajo; quiere decir, de que todo lo que ocurre acá, ocurre en grado infinito arriba; entonces…
Hermano: Osea que arriba también existe el mal.
Alfa y Omega: Sí, el mal es infinito y la luz también es infinita, nada tiene límite en lo de Dios; pero el Eterno no creó el mal, el mal es producto del mal uso del libre albedrío, que hacen las jerarquías en el cosmos; entre ellos está el llamado Satanás, que fue un ángel; tuvo tanto poder ese ángel que se rebeló contra Dios, tal como en la Tierra hay hijos que se rebelan contra sus padres, arriba también se rebelan; lo de arriba es igual a lo de abajo; entonces, el Creador deja que el mal exista —dice—, para que el mal mismo —las tinieblas—, se convenzan por sí mismas de que están en un error; el Creador no tiene apuro en su creación, es más fácil que se aburra el mal y no se aburra Dios; los demonios siempre se aburren, y tarde o temprano llegan a la morada de Dios a pedir transformación a la luz; porque Dios es infinito y paciente, en todo lo imaginable. Entonces como le digo hermano, no conviene ponerle límite a Dios; el Padre pone el siguiente ejemplo: Imagínate Hijo, que hay dos seres humanos en presencia del Eterno: uno me puso límite en sus creencias, otro prefirió guardar silencio ante lo que no conocía del infinito; el Eterno llama al que le puso límite: —Hijo, ¿por qué me pusiste límites en el planeta de prueba Tierra? ¿no se te había enseñado que el Eterno era infinito?— Y el Padre, en eso que le puso límite, se lo demuestra en su verbo de Padre, de una manera infinita que el otro se llena de vergüenza. Al otro le dice: —Contigo no tengo nada, porque tuviste la inteligencia de callar ante lo que no conocías—. Justo en este caso, la meditación y el silencio ante lo que no se conoce, es más sabio, y no hay compromiso de boca para con Dios; en este caso el silencio tiene una sabiduría inmensa; porque con ese silencio no le pone límite a Dios.
Hermano: ¿En qué forma le ponen ese límite a Dios?
Alfa y Omega: Le ponen límite cuando dudan de que exista tal o cual cosa, todo lo imaginable existe en Dios; lo que no se comprueba en un planeta, se comprueba en otro planeta; porque nadie es único en lo que defiende en los planetas, sólo el Padre es único.
Hermano: Pero esto, de alguna forma de no creencia, ¿puede estar relacionado con el límite a Dios?
Alfa y Omega: Sí, porque el Padre dice lo siguiente: El que no creyó en el Reino de los Cielos, no ve el Reino de los Cielos; el que creyó, lo ve; el Creador es el primero que respeta los ideales de sus hijos; el que dijo de que no había mundos habitados, no verá mundos habitados; el que dijo que había mundos habitados, verá mundos habitados; —sensación por sensación—, y más justo no puede ser; entonces ahora viene una Revelación, que explica todas las cosas; el Padre Jehova dice: Hijo, si mi Creación es infinita, la explicación también es infinita; porque hasta una molécula tiene que hablar en sus leyes de juicio…, en sus leyes de molécula. Entonces, creación y explicación marchan paralelos en el conocimiento. Cuando el Creador se expresa en los planetas, El da doctrinas que no tienen límite, porque El no tiene límite, —como se enseñó al mundo—; y una cosa que no tenga límite llama la atención, se propaga, se discute, revoluciona todo, porque no tiene límite; todo conocimiento limitado… queda limitado y queda subordinado al conocimiento que no tiene límites; osea, que aquí, cuenta el mérito, hermano; osea que aquí no hay necesidad ni de discutir cuando esto se extienda; eso se llama: Por el fruto se conoce el árbol; quiere decir, que según la doctrina, se deduce; por el contenido de una doctrina, se deduce si es de Dios o no es de Dios. Lo de Dios no tiene límites, —eso es… lo supremo del conocimiento;— lo de Dios no tiene límites, y cuando Dios se expresa en los planetas, provoca la revolución más grande en los planetas, porque El creó todo y lo transforma todo; está en todas las mentes, está en todas las moléculas; entonces las revoluciones de Dios, no tienen igual en comparación a los hombres; y aquí explica lo siguiente, dice El: Tres doctrinas, —hijo—, han salido del libre albedrío de Dios: La primera fue la Ley Mosaica, en el mundo faraónico, el mundo antiguo, en que di la primera psicología -dice-, he hice cambiar a las criaturas en el grado correspondiente. Siglos después envié la segunda doctrina, la Doctrina Cristiana, en que di la segunda psicología al mundo de la prueba y lo hice cambiar por segunda vez. Hoy mando —dice el Padre— la tercera doctrina; les doy la tercera psicología, y los cambio por tercera vez. El Creador cuando manda doctrinas a los planetas, El no divide a nadie.
Hermano: Perdón, ¿y cuál es esa última tercera doctrina?
Alfa y Omega: La tercera va a ser llamada: Los Rollos del Cordero de Dios.
Hermano: ¿Recién ahora?
Alfa y Omega: Sí, o Escritura Telepática le van a llamar muchos; otros …
Hermano: ¿A partir de qué fecha?
Alfa y Omega: No tiene fecha, está saliendo ya; otros le van a llamar Ciencia Celeste.
Hermano: ¿Cómo se conocerá entonces ?
Alfa y Omega: Cuando se extienda.
Hermano: ¿Usted está incluido dentro de la doctrina? —sí—, ¿me podría decir cuántos como usted hay en este planeta?
Alfa y Omega: ¡Ah!, una pregunta que muchos me han hecho. Ehhh… justamente, yo le pregunté una vez al Padre —como nadie es único, en la vida, sólo Dios es único—, yo le pregunté si había otros recibiendo escrituras. Hijo —me dijo—, otros que estén escribiendo rollos así, como para sacar doctrina en el planeta, no; pero de muchas maneras se ha expresado Dios al mundo. Me expreso Hijo —dijo el Padre Jehova—, por sueños, por apariciones, por visiones, por encuentros, hasta por lectura; no hay criatura que no tenga una experiencia en la vida con el Eterno, y muchas veces no se dan cuenta.
Entonces, ahora se expresa por Telepatía Viviente; entonces como le digo, aquí no hay que confundir las cosas, lo que es religión —dice el Padre— es religión; lo que es Revelación es Revelación; lo que es el Evangelio es el Evangelio; distinguir las cosas. Entonces en la prueba de la vida, la criatura —dice el Padre—, tuvo dos formas de fe ineludibles; dos búsquedas: la búsqueda individual, la que cuesta y la que sale de uno, esa es la más sincera ante Dios; la búsqueda individual a nadie dividió y la búsqueda individual recibe premio completo; la otra búsqueda, —por imitación se llama la otra, o religiosa,— ésta se divide por el número de religiones que hubo en el mundo. En vez de recibir todo el premio, recibe poquito o nada.
Hermano: En esas revelaciones que le han hecho a usted, este… ¿Le han informado algo sobre el futuro?
Alfa y Omega: Sí, lo que está escuchando… está el futuro, porque esto lo va a saber todo el planeta.
Hermano: Pero usted digamos, al difundir esta… estas revelaciones, ¿ha coincidido con algunos acontecimientos?
Alfa y Omega: Ehhh… con muchos, con muchos; pero le voy a decir una cosa: Lo de Dios no necesita propaganda, porque viene de Dios; se extiende igual.
Hermano: No, pero digamos usted, al enseñar estos Rollos a otras personas, prácticamente está haciendo propaganda a Dios.
Alfa y Omega: No… ¡Ah!… Ojalá, ojalá lo hiciera, porque no hay cosa más amorosa que proclamar lo de Dios. El se conmueve, como se conmueve un padre cuando un hijo hace buenas obras.
Hermano: Pero prácticamente se haría propaganda.
Alfa y Omega: Sí, pero aquí no cabe el término propaganda, la propaganda es de la prueba de la vida humana, es de los hombres; el término propaganda no se aplica a Dios, tratándose y hablándose de Dios; la propaganda no es del Reino de los Cielos, la propaganda es del planeta Tierra, es del mundo salido de las leyes del oro.
Hermano: ¿Osea que cada uno escogería su propia —digamos— religión, o su propia creencia, ¿no?
Alfa y Omega: Sí. Entonces dice el Padre: Según la creencia que escogió, es el cielo que tiene; es sensación por sensación. El que no creyó en nada, no recibe nada; el que creyó poquito, recibe poquito; el que creyó en el infinito, recibe el infinito; el que en la vida fue alegre, tiene juicio alegre; el que en la vida fue severo, tiene un juicio severo; el que en la vida no perdonó a nadie, ninguno, a él tampoco no se le perdonará ni una molécula;… sensación por sensación.
Hno. Ehhh… eso se refiere ahhh… después de juzgar la existencia ¿no?, al juicio sobre todo de esta existencia ¿no?, al morir ¿no?
Alfa y Omega: No, escuche: Como libre albedrío tienen los espíritus de pedir juicio a Dios, millones pidieron juicio fuera de la Tierra, y millones en la Tierra; todo depende de lo que se pidió a Dios, el Eterno…
Hermano: Si por su misma especialidad o profesión, una persona aquí en la Tierra es severa, ¿también tiene que ser juzgado severamente?
Alfa y Omega: Sí, porque se le mandó ser amoroso.
Hermano: No, pero por eso le digo, si por su misma profesión —vamos a suponer en este último caso—, que han condenado dos a muerte, la corte suprema o militar tiene que ser severa en estos casos…
Alfa y Omega: Pero hay una cosa que dice el Padre: Como el militarismo no está en su Evangelio, los militares están más condenados… del que fusilan. El militarismo no está en lo de Dios, y es más fácil que quede en este mundo, lo que está en el Evangelio, a que quede lo que no está en el Evangelio. Nadie pidió al Padre prepararse para matar a otros, porque todos pidieron el Mandamiento que dice: No matarás. Todo el que fue militar en la prueba de la vida, tiene que sumar todos los segundos del tiempo que fue militar, y ese número de segundos, restarle a las obras buenas que hizo en la vida. Por eso se explicó, escribió: Sólo satanás divide. Había que saber elegir a quién se servía en la vida, cuando se escogió trabajo. Hay trabajos que tienen más moral y otros menos moral; las pruebas son las pruebas. El Padre explica ahora el puntaje que recibe cada criatura, especialidad por especialidad; y dice el Padre: El servir a la fuerza es uno de los trabajos más inmorales, porque es un extraño libertinaje que nadie pidió a Dios; nadie le dijo al Eterno: Padre Eterno, en el lejano planeta quiero mandar por la fuerza;… No tiene sentido…
Hermano: Pero, ¿no cree que si no habiendo el servicio castrense ahí, el mundo estaría en paz?
Alfa y Omega: ¿Cómo?
Hermano: Verdaderamente… si no existieran los militares ¿no?, ¿el mundo estaría en paz?
Alfa y Omega: Se lo voy a explicar. Los militares existen porque los hombres sacaron un extraño y desconocido sistema de vida, salido de las extrañas leyes del oro; si el hombre no hubiese sacado este sistema de vida, no existirían los militares, existiría algo más amoroso, tendríamos una psicología más elevada nosotros. Entonces, el militarismo —dice el Padre—, es un primitivismo de los mismos individuos que son militares; y ellos le prometieron al Eterno no caer en la fuerza, no caer en el militarismo, pidieron superarse en lo primitivismo, porque el militarismo está relacionado con la fuerza, que el hombre antes practicaba en las otras existencias con mayor rigor, partiendo de (ininteligible); el militarismo es mirado en Revelación, como un primitivismo que no tiene filosofía en el Reino de Dios, no tiene destino. Dice el Padre: Satanás quiso aprovecharse de sus poderes, dividiéndome a mis ángeles; fue el primero que empleó la fuerza en el Reino, se tentó con la fuerza y fue echado fuera.
Todo el que se tienta con la fuerza, en cualquiera de sus formas, no entra al Reino de los Cielos. Cuando se le pide al Eterno, pruebas, vidas, sensaciones que no conocen, se le piden en leyes de Amor; en el caso del planeta Tierra los espíritus pensantes humanos le dijeron: Padre Eterno, queremos nosotros los divinos Mandamientos… no matar; —Como no hijo—;  Ningún espíritu le dijo: Quiero emplear la fuerza. Porque dice el Padre: Delante de Dios nadie pide contradiciéndose, porque el Eterno ahí le dice: Bueno hijo, decídete, estás pidiendo Mandamientos, no matar, y pides usar la fuerza; y no se puede servir a dos señores, tienes que decidirte por uno.
Esto se llama en Revelación…
Hermano: Perdón, al recibir Moisés las Tablas de nuestro Señor, mucho más antes ya se había cometido un crimen.
Alfa y Omega: Sí.
Hermano: De Caín contra Abel.
Alfa y Omega: Eso se llaman pruebas del mundo antiguo, eso es otra cosa; dice el Padre: No hay que comparar la experiencia antigua con la que se vive, porque los antiguos pidieron sus experiencias, incluso comer carne en su libre albedrío de espíritu; ellos tuvieron juicio de criaturas antiguas de un planeta, ahora hay juicio de criaturas con ilustración, en el mismo planeta.