1Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
2Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.
3Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.
4No así los malos, Que son como el tamo que arrebata el viento.
5Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio, Ni los pecadores en la congregación de los justos.
6Porque Jehová conoce el camino de los justos; Mas la senda de los malos perecerá.
1¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas?
2Se levantarán los reyes de la tierra, Y príncipes consultarán unidos Contra Jehová y contra su ungido, diciendo:
3Rompamos sus ligaduras, Y echemos de nosotros sus cuerdas.
4El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos.
5Luego hablará a ellos en su furor, Y los turbará con su ira.
6Pero yo he puesto mi rey Sobre Sion, mi santo monte.
7Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy.
8Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra.
9Los quebrantarás con vara de hierro; Como vasija de alfarero los desmenuzarás.
10Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; Admitid amonestación, jueces de la tierra.
11Servid a Jehová con temor, Y alegraos con temblor.
12Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; Pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían.
1¡Oh Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios! Muchos son los que se levantan contra mí.
2Muchos son los que dicen de mí: No hay para él salvación en Dios. Selah
3Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza.
4Con mi voz clamé a Jehová, Y él me respondió desde su monte santo. Selah
5Yo me acosté y dormí, Y desperté, porque Jehová me sustentaba.
6No temeré a diez millares de gente, Que pusieren sitio contra mí.
7Levántate, Jehová; sálvame, Dios mío; Porque tú heriste a todos mis enemigos en la mejilla; Los dientes de los perversos quebrantaste.
8La salvación es de Jehová; Sobre tu pueblo sea tu bendición. Selah
1Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia. Cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar; Ten misericordia de mí, y oye mi oración.
2Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia, Amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira? Selah
3Sabed, pues, que Jehová ha escogido al piadoso para sí; Jehová oirá cuando yo a él clamare.
4Temblad, y no pequéis; Meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad. Selah
5Ofreced sacrificios de justicia, Y confiad en Jehová.
6Muchos son los que dicen: ¿Quién nos mostrará el bien? Alza sobre nosotros, oh Jehová, la luz de tu rostro.
7Tú diste alegría a mi corazón Mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto.
8En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.
1Escucha, oh Jehová, mis palabras; Considera mi gemir.
2Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, Porque a ti oraré.
3Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.
4Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; El malo no habitará junto a ti.
5Los insensatos no estarán delante de tus ojos; Aborreces a todos los que hacen iniquidad.
6Destruirás a los que hablan mentira; Al hombre sanguinario y engañador abominará Jehová.
7Mas yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa; Adoraré hacia tu santo templo en tu temor.
8Guíame, Jehová, en tu justicia, a causa de mis enemigos; Endereza delante de mí tu camino.
9Porque en la boca de ellos no hay sinceridad; Sus entrañas son maldad, Sepulcro abierto es su garganta, Con su lengua hablan lisonjas.
10Castígalos, oh Dios; Caigan por sus mismos consejos; Por la multitud de sus transgresiones échalos fuera, Porque se rebelaron contra ti.
11Pero alégrense todos los que en ti confían; Den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; En ti se regocijen los que aman tu nombre.
12Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; Como con un escudo lo rodearás de tu favor.
1Jehová, no me reprendas en tu enojo, Ni me castigues con tu ira.
2Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo; Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen.
3Mi alma también está muy turbada; Y tú, Jehová, ¿hasta cuándo?
4Vuélvete, oh Jehová, libra mi alma; Sálvame por tu misericordia.
5Porque en la muerte no hay memoria de ti; En el Seol, ¿quién te alabará?
6Me he consumido a fuerza de gemir; Todas las noches inundo de llanto mi lecho, Riego mi cama con mis lágrimas.
7Mis ojos están gastados de sufrir; Se han envejecido a causa de todos mis angustiadores.
8Apartaos de mí, todos los hacedores de iniquidad; Porque Jehová ha oído la voz de mi lloro.
9Jehová ha oído mi ruego; Ha recibido Jehová mi oración.
10Se avergonzarán y se turbarán mucho todos mis enemigos; Se volverán y serán avergonzados de repente.
1Jehová Dios mío, en ti he confiado; Sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame,
2No sea que desgarren mi alma cual león, Y me destrocen sin que haya quien me libre.
3Jehová Dios mío, si yo he hecho esto, Si hay en mis manos iniquidad;
4Si he dado mal pago al que estaba en paz conmigo (Antes he libertado al que sin causa era mi enemigo),
5Persiga el enemigo mi alma, y alcáncela; Huelle en tierra mi vida, Y mi honra ponga en el polvo. Selah
6Levántate, oh Jehová, en tu ira; Alzate en contra de la furia de mis angustiadores, Y despierta en favor mío el juicio que mandaste.
7Te rodeará congregación de pueblos, Y sobre ella vuélvete a sentar en alto.
8Jehová juzgará a los pueblos; Júzgame, oh Jehová, conforme a mi justicia, Y conforme a mi integridad.
9Fenezca ahora la maldad de los inicuos, mas establece tú al justo; Porque el Dios justo prueba la mente y el corazón.
10Mi escudo está en Dios, Que salva a los rectos de corazón.
11Dios es juez justo, Y Dios está airado contra el impío todos los días.
12Si no se arrepiente, él afilará su espada; Armado tiene ya su arco, y lo ha preparado.
13Asimismo ha preparado armas de muerte, Y ha labrado saetas ardientes.
14He aquí, el impío concibió maldad, Se preñó de iniquidad, Y dio a luz engaño.
15Pozo ha cavado, y lo ha ahondado; Y en el hoyo que hizo caerá.
16Su iniquidad volverá sobre su cabeza, Y su agravio caerá sobre su propia coronilla.
17Alabaré a Jehová conforme a su justicia, Y cantaré al nombre de Jehová el Altísimo.
1¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! Has puesto tu gloria sobre los cielos;
2De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza, A causa de tus enemigos, Para hacer callar al enemigo y al vengativo.
3Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste,
4Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites?
5Le has hecho poco menor que los ángeles, Y lo coronaste de gloria y de honra.
6Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies:
7Ovejas y bueyes, todo ello, Y asimismo las bestias del campo,
8Las aves de los cielos y los peces del mar; Todo cuanto pasa por los senderos del mar.
9¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!
1Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; Contaré todas tus maravillas.
2Me alegraré y me regocijaré en ti; Cantaré a tu nombre, oh Altísimo.
3Mis enemigos volvieron atrás; Cayeron y perecieron delante de ti.
4Porque has mantenido mi derecho y mi causa; Te has sentado en el trono juzgando con justicia.
5Reprendiste a las naciones, destruiste al malo, Borraste el nombre de ellos eternamente y para siempre.
6Los enemigos han perecido; han quedado desolados para siempre; Y las ciudades que derribaste, Su memoria pereció con ellas.
7Pero Jehová permanecerá para siempre; Ha dispuesto su trono para juicio.
8El juzgará al mundo con justicia, Y a los pueblos con rectitud.
9Jehová será refugio del pobre, Refugio para el tiempo de angustia.
10En ti confiarán los que conocen tu nombre, Por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron.
11Cantad a Jehová, que habita en Sion; Publicad entre los pueblos sus obras.
12Porque el que demanda la sangre se acordó de ellos; No se olvidó del clamor de los afligidos.
13Ten misericordia de mí, Jehová; Mira mi aflicción que padezco a causa de los que me aborrecen, Tú que me levantas de las puertas de la muerte,
14Para que cuente yo todas tus alabanzas En las puertas de la hija de Sion, Y me goce en tu salvación.
15Se hundieron las naciones en el hoyo que hicieron; En la red que escondieron fue tomado su pie.
16Jehová se ha hecho conocer en el juicio que ejecutó; En la obra de sus manos fue enlazado el malo. Higaion. Selah
17Los malos serán trasladados al Seol, Todas las gentes que se olvidan de Dios.
18Porque no para siempre será olvidado el menesteroso, Ni la esperanza de los pobres perecerá perpetuamente.
19Levántate, oh Jehová; no se fortalezca el hombre; Sean juzgadas las naciones delante de ti.
20Pon, oh Jehová, temor en ellos; Conozcan las naciones que no son sino hombres. Selah
1¿Por qué estás lejos, oh Jehová, Y te escondes en el tiempo de la tribulación?
2Con arrogancia el malo persigue al pobre; Será atrapado en los artificios que ha ideado.
3Porque el malo se jacta del deseo de su alma, Bendice al codicioso, y desprecia a Jehová.
4El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios; No hay Dios en ninguno de sus pensamientos.
5Sus caminos son torcidos en todo tiempo; Tus juicios los tiene muy lejos de su vista; A todos sus adversarios desprecia.
6Dice en su corazón: No seré movido jamás; Nunca me alcanzará el infortunio.
7Llena está su boca de maldición, y de engaños y fraude; Debajo de su lengua hay vejación y maldad.
8Se sienta en acecho cerca de las aldeas; En escondrijos mata al inocente. Sus ojos están acechando al desvalido;
9Acecha en oculto, como el león desde su cueva; Acecha para arrebatar al pobre; Arrebata al pobre trayéndolo a su red.
10Se encoge, se agacha, Y caen en sus fuertes garras muchos desdichados.
11Dice en su corazón: Dios ha olvidado; Ha encubierto su rostro; nunca lo verá.
12Levántate, oh Jehová Dios, alza tu mano; No te olvides de los pobres.
13¿Por qué desprecia el malo a Dios? En su corazón ha dicho: Tú no lo inquirirás.
14Tú lo has visto; porque miras el trabajo y la vejación, para dar la recompensa con tu mano; A ti se acoge el desvalido; Tú eres el amparo del huérfano.
15Quebranta tú el brazo del inicuo, Y persigue la maldad del malo hasta que no halles ninguna.
16Jehová es Rey eternamente y para siempre; De su tierra han perecido las naciones.
17El deseo de los humildes oíste, oh Jehová; Tú dispones su corazón, y haces atento tu oído,
18Para juzgar al huérfano y al oprimido, A fin de que no vuelva más a hacer violencia el hombre de la tierra.
17Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.
18Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.
19Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.
20Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes.
21Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.
22Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.
23Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado.
24Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.
1En Jehová he confiado; ¿Cómo decís a mi alma, Que escape al monte cual ave?
2Porque he aquí, los malos tienden el arco, Disponen sus saetas sobre la cuerda, Para asaetear en oculto a los rectos de corazón.
3Si fueren destruidos los fundamentos, ¿Qué ha de hacer el justo?
4Jehová está en su santo templo; Jehová tiene en el cielo su trono; Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres.
5Jehová prueba al justo; Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece.
6Sobre los malos hará llover calamidades; Fuego, azufre y viento abrasador será la porción del cáliz de ellos.
7Porque Jehová es justo, y ama la justicia; El hombre recto mirará su rostro.
1Salva, oh Jehová, porque se acabaron los piadosos; Porque han desaparecido los fieles de entre los hijos de los hombres.
2Habla mentira cada uno con su prójimo; Hablan con labios lisonjeros, y con doblez de corazón.
3Jehová destruirá todos los labios lisonjeros, Y la lengua que habla jactanciosamente;
4A los que han dicho: Por nuestra lengua prevaleceremos; Nuestros labios son nuestros; ¿quién es señor de nosotros?
5Por la opresión de los pobres, por el gemido de los menesterosos, Ahora me levantaré, dice Jehová; Pondré en salvo al que por ello suspira.
6Las palabras de Jehová son palabras limpias, Como plata refinada en horno de tierra, Purificada siete veces.
7Tú, Jehová, los guardarás; De esta generación los preservarás para siempre.
8Cercando andan los malos, Cuando la vileza es exaltada entre los hijos de los hombres.
1¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?
2¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma, Con tristezas en mi corazón cada día? ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?
3Mira, respóndeme, oh Jehová Dios mío; Alumbra mis ojos, para que no duerma de muerte;
4Para que no diga mi enemigo: Lo vencí. Mis enemigos se alegrarían, si yo resbalara.
5Mas yo en tu misericordia he confiado; Mi corazón se alegrará en tu salvación.
6Cantaré a Jehová, Porque me ha hecho bien.
1Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; No hay quien haga el bien.
2Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, Para ver si había algún entendido, Que buscara a Dios.
3Todos se desviaron, a una se han corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
4¿No tienen discernimiento todos los que hacen iniquidad, Que devoran a mi pueblo como si comiesen pan, Y a Jehová no invocan?
5Ellos temblaron de espanto; Porque Dios está con la generación de los justos.
6Del consejo del pobre se han burlado, Pero Jehová es su esperanza.
7¡Oh, que de Sion saliera la salvación de Israel! Cuando Jehová hiciere volver a los cautivos de su pueblo, Se gozará Jacob, y se alegrará Israel.
1Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo?
2El que anda en integridad y hace justicia, Y habla verdad en su corazón.
3El que no calumnia con su lengua, Ni hace mal a su prójimo, Ni admite reproche alguno contra su vecino.
4Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado, Pero honra a los que temen a Jehová. El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia;
5Quien su dinero no dio a usura, Ni contra el inocente admitió cohecho. El que hace estas cosas, no resbalará jamás.
1Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado.
2Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; No hay para mí bien fuera de ti.
3Para los santos que están en la tierra, Y para los íntegros, es toda mi complacencia.
4Se multiplicarán los dolores de aquellos que sirven diligentes a otro dios. No ofreceré yo sus libaciones de sangre, Ni en mis labios tomaré sus nombres.
5Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; Tú sustentas mi suerte.
6Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, Y es hermosa la heredad que me ha tocado.
7Bendeciré a Jehová que me aconseja; Aun en las noches me enseña mi conciencia.
8A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido.
9Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; Mi carne también reposará confiadamente;
10Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción.
11Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre.
1Oye, oh Jehová, una causa justa; está atento a mi clamor. Escucha mi oración hecha de labios sin engaño.
2De tu presencia proceda mi vindicación; Vean tus ojos la rectitud.
3Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; Me has puesto a prueba, y nada inicuo hallaste; He resuelto que mi boca no haga transgresión.
4En cuanto a las obras humanas, por la palabra de tus labios Yo me he guardado de las sendas de los violentos.
5Sustenta mis pasos en tus caminos, Para que mis pies no resbalen.
6Yo te he invocado, por cuanto tú me oirás, oh Dios; Inclina a mí tu oído, escucha mi palabra.
7Muestra tus maravillosas misericordias, tú que salvas a los que se refugian a tu diestra, De los que se levantan contra ellos.
8Guárdame como a la niña de tus ojos; Escóndeme bajo la sombra de tus alas,
9De la vista de los malos que me oprimen, De mis enemigos que buscan mi vida.
10Envueltos están con su grosura; Con su boca hablan arrogantemente.
11Han cercado ahora nuestros pasos; Tienen puestos sus ojos para echarnos por tierra.
12Son como león que desea hacer presa, Y como leoncillo que está en su escondite.
13Levántate, oh Jehová; Sal a su encuentro, póstrales; Libra mi alma de los malos con tu espada,
14De los hombres con tu mano, oh Jehová, De los hombres mundanos, cuya porción la tienen en esta vida, Y cuyo vientre está lleno de tu tesoro. Sacian a sus hijos, Y aun sobra para sus pequeñuelos.
15En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.
1Te amo, oh Jehová, fortaleza mía.
2Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.
3Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, Y seré salvo de mis enemigos.
4Me rodearon ligaduras de muerte, Y torrentes de perversidad me atemorizaron.
5Ligaduras del Seol me rodearon, Me tendieron lazos de muerte.
6En mi angustia invoqué a Jehová, Y clamé a mi Dios. El oyó mi voz desde su templo, Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.
7La tierra fue conmovida y tembló; Se conmovieron los cimientos de los montes, Y se estremecieron, porque se indignó él.
8Humo subió de su nariz, Y de su boca fuego consumidor; Carbones fueron por él encendidos.
9Inclinó los cielos, y descendió; Y había densas tinieblas debajo de sus pies.
10Cabalgó sobre un querubín, y voló; Voló sobre las alas del viento.
11Puso tinieblas por su escondedero, por cortina suya alrededor de sí; Oscuridad de aguas, nubes de los cielos.
12Por el resplandor de su presencia, sus nubes pasaron; Granizo y carbones ardientes.
13Tronó en los cielos Jehová, Y el Altísimo dio su voz; Granizo y carbones de fuego.
14Envió sus saetas, y los dispersó; Lanzó relámpagos, y los destruyó.
15Entonces aparecieron los abismos de las aguas, Y quedaron al descubierto los cimientos del mundo, A tu reprensión, oh Jehová, Por el soplo del aliento de tu nariz.
16Envió desde lo alto; me tomó, Me sacó de las muchas aguas.
17Me libró de mi poderoso enemigo, Y de los que me aborrecían; pues eran más fuertes que yo.
18Me asaltaron en el día de mi quebranto, Mas Jehová fue mi apoyo.
19Me sacó a lugar espacioso; Me libró, porque se agradó de mí.
20Jehová me ha premiado conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado.
21Porque yo he guardado los caminos de Jehová, Y no me aparté impíamente de mi Dios.
22Pues todos sus juicios estuvieron delante de mí, Y no me he apartado de sus estatutos.
23Fui recto para con él, y me he guardado de mi maldad,
24Por lo cual me ha recompensado Jehová conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza de mis manos delante de su vista.
25Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, Y recto para con el hombre íntegro.
26Limpio te mostrarás para con el limpio, Y severo serás para con el perverso.
27Porque tú salvarás al pueblo afligido, Y humillarás los ojos altivos.
28Tú encenderás mi lámpara; Jehová mi Dios alumbrará mis tinieblas.
29Contigo desbarataré ejércitos, Y con mi Dios asaltaré muros.
30En cuanto a Dios, perfecto es su camino, Y acrisolada la palabra de Jehová; Escudo es a todos los que en él esperan.
31Porque ¿quién es Dios sino sólo Jehová? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios?
32Dios es el que me ciñe de poder, Y quien hace perfecto mi camino;
33Quien hace mis pies como de ciervas, Y me hace estar firme sobre mis alturas;
34Quien adiestra mis manos para la batalla, Para entesar con mis brazos el arco de bronce.
35Me diste asimismo el escudo de tu salvación; Tu diestra me sustentó, Y tu benignidad me ha engrandecido.
36Ensanchaste mis pasos debajo de mí, Y mis pies no han resbalado.
37Perseguí a mis enemigos, y los alcancé, Y no volví hasta acabarlos.
38Los herí de modo que no se levantasen; Cayeron debajo de mis pies.
39Pues me ceñiste de fuerzas para la pelea; Has humillado a mis enemigos debajo de mí.
40Has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas, Para que yo destruya a los que me aborrecen.
41Clamaron, y no hubo quien salvase; Aun a Jehová, pero no los oyó.
42Y los molí como polvo delante del viento; Los eché fuera como lodo de las calles.
43Me has librado de las contiendas del pueblo; Me has hecho cabeza de las naciones; Pueblo que yo no conocía me sirvió.
44Al oír de mí me obedecieron; Los hijos de extraños se sometieron a mí.
45Los extraños se debilitaron Y salieron temblando de sus encierros.
46Viva Jehová, y bendita sea mi roca, Y enaltecido sea el Dios de mi salvación;
47El Dios que venga mis agravios, Y somete pueblos debajo de mí;
48El que me libra de mis enemigos, Y aun me eleva sobre los que se levantan contra mí; Me libraste de varón violento.
49Por tanto yo te confesaré entre las naciones, oh Jehová, Y cantaré a tu nombre.
50Grandes triunfos da a su rey, Y hace misericordia a su ungido, A David y a su descendencia, para siempre.
1Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
2Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría.
3No hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz.
4Por toda la tierra salió su voz, Y hasta el extremo del mundo sus palabras. En ellos puso tabernáculo para el sol;
5Y éste, como esposo que sale de su tálamo, Se alegra cual gigante para correr el camino.
6De un extremo de los cielos es su salida, Y su curso hasta el término de ellos; Y nada hay que se esconda de su calor.
7La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.
8Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos.
9El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová son verdad, todos justos.
10Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que la que destila del panal.
11Tu siervo es además amonestado con ellos; En guardarlos hay grande galardón.
12¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos.
13Preserva también a tu siervo de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí; Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión.
14Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.
1Jehová te oiga en el día de conflicto; El nombre del Dios de Jacob te defienda.
2Te envíe ayuda desde el santuario, Y desde Sion te sostenga.
3Haga memoria de todas tus ofrendas, Y acepte tu holocausto. Selah
4Te dé conforme al deseo de tu corazón, Y cumpla todo tu consejo.
5Nosotros nos alegraremos en tu salvación, Y alzaremos pendón en el nombre de nuestro Dios; Conceda Jehová todas tus peticiones.
6Ahora conozco que Jehová salva a su ungido; Lo oirá desde sus santos cielos Con la potencia salvadora de su diestra.
7Estos confían en carros, y aquéllos en caballos; Mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria.
8Ellos flaquean y caen, Mas nosotros nos levantamos, y estamos en pie.
9Salva, Jehová; Que el Rey nos oiga en el día que lo invoquemos.
1El rey se alegra en tu poder, oh Jehová; Y en tu salvación, ¡cómo se goza!
2Le has concedido el deseo de su corazón, Y no le negaste la petición de sus labios. Selah
3Porque le has salido al encuentro con bendiciones de bien; Corona de oro fino has puesto sobre su cabeza.
4Vida te demandó, y se la diste; Largura de días eternamente y para siempre.
5Grande es su gloria en tu salvación; Honra y majestad has puesto sobre él.
6Porque lo has bendecido para siempre; Lo llenaste de alegría con tu presencia.
7Por cuanto el rey confía en Jehová, Y en la misericordia del Altísimo, no será conmovido.
8Alcanzará tu mano a todos tus enemigos; Tu diestra alcanzará a los que te aborrecen.
9Los pondrás como horno de fuego en el tiempo de tu ira; Jehová los deshará en su ira, Y fuego los consumirá.
10Su fruto destruirás de la tierra, Y su descendencia de entre los hijos de los hombres.
11Porque intentaron el mal contra ti; Fraguaron maquinaciones, mas no prevalecerán,
12Pues tú los pondrás en fuga; En tus cuerdas dispondrás saetas contra sus rostros.
13Engrandécete, oh Jehová, en tu poder; Cantaremos y alabaremos tu poderío.
1Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?
2Dios mío, clamo de día, y no respondes; Y de noche, y no hay para mí reposo.
3Pero tú eres santo, Tú que habitas entre las alabanzas de Israel.
4En ti esperaron nuestros padres; Esperaron, y tú los libraste.
5Clamaron a ti, y fueron librados; Confiaron en ti, y no fueron avergonzados.
6Mas yo soy gusano, y no hombre; Oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo.
7Todos los que me ven me escarnecen; Estiran la boca, menean la cabeza, diciendo:
8Se encomendó a Jehová; líbrele él; Sálvele, puesto que en él se complacía.
9Pero tú eres el que me sacó del vientre; El que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre.
10Sobre ti fui echado desde antes de nacer; Desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.
11No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; Porque no hay quien ayude.
12Me han rodeado muchos toros; Fuertes toros de Basán me han cercado.
13Abrieron sobre mí su boca Como león rapaz y rugiente.
14He sido derramado como aguas, Y todos mis huesos se descoyuntaron; Mi corazón fue como cera, Derritiéndose en medio de mis entrañas.
15Como un tiesto se secó mi vigor, Y mi lengua se pegó a mi paladar, Y me has puesto en el polvo de la muerte.
16Porque perros me han rodeado; Me ha cercado cuadrilla de malignos; Horadaron mis manos y mis pies.
17Contar puedo todos mis huesos; Entre tanto, ellos me miran y me observan.
18Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes.
19Mas tú, Jehová, no te alejes; Fortaleza mía, apresúrate a socorrerme.
20Libra de la espada mi alma, Del poder del perro mi vida.
21Sálvame de la boca del león, Y líbrame de los cuernos de los búfalos.
22Anunciaré tu nombre a mis hermanos; En medio de la congregación te alabaré.
23Los que teméis a Jehová, alabadle; Glorificadle, descendencia toda de Jacob, Y temedle vosotros, descendencia toda de Israel.
24Porque no menospreció ni abominó la aflicción del afligido, Ni de él escondió su rostro; Sino que cuando clamó a él, le oyó.
25De ti será mi alabanza en la gran congregación; Mis votos pagaré delante de los que le temen.
26Comerán los humildes, y serán saciados; Alabarán a Jehová los que le buscan; Vivirá vuestro corazón para siempre.
27Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines de la tierra, Y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti.
28Porque de Jehová es el reino, Y él regirá las naciones.
29Comerán y adorarán todos los poderosos de la tierra; Se postrarán delante de él todos los que descienden al polvo, Aun el que no puede conservar la vida a su propia alma.
30La posteridad le servirá; Esto será contado de Jehová hasta la postrera generación.
31Vendrán, y anunciarán su justicia; A pueblo no nacido aún, anunciarán que él hizo esto.
1Jehová es mi pastor; nada me faltará.
2En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.
3Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
4Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
5Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
6Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días
1De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan.
2Porque él la fundó sobre los mares, Y la afirmó sobre los ríos.
3¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo?
4El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas vanas, Ni jurado con engaño.
5El recibirá bendición de Jehová, Y justicia del Dios de salvación.
6Tal es la generación de los que le buscan, De los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob. Selah
7Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, Y alzaos vosotras, puertas eternas, Y entrará el Rey de gloria.
8¿Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte y valiente, Jehová el poderoso en batalla.
9Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, Y alzaos vosotras, puertas eternas, Y entrará el Rey de gloria.
10¿Quién es este Rey de gloria? Jehová de los ejércitos, El es el Rey de la gloria. Selah
1A ti, oh Jehová, levantaré mi alma.
2Dios mío, en ti confío; No sea yo avergonzado, No se alegren de mí mis enemigos.
3Ciertamente ninguno de cuantos esperan en ti será confundido; Serán avergonzados los que se rebelan sin causa.
4Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas.
5Encamíname en tu verdad, y enséñame, Porque tú eres el Dios de mi salvación; En ti he esperado todo el día.
6Acuérdate, oh Jehová, de tus piedades y de tus misericordias, Que son perpetuas.
7De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes; Conforme a tu misericordia acuérdate de mí, Por tu bondad, oh Jehová.
8Bueno y recto es Jehová; Por tanto, él enseñará a los pecadores el camino.
9Encaminará a los humildes por el juicio, Y enseñará a los mansos su carrera.
10Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad, Para los que guardan su pacto y sus testimonios.
11Por amor de tu nombre, oh Jehová, Perdonarás también mi pecado, que es grande.
12¿Quién es el hombre que teme a Jehová? El le enseñará el camino que ha de escoger.
13Gozará él de bienestar, Y su descendencia heredará la tierra.
14La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto.
15Mis ojos están siempre hacia Jehová, Porque él sacará mis pies de la red.
16Mírame, y ten misericordia de mí, Porque estoy solo y afligido.
17Las angustias de mi corazón se han aumentado; Sácame de mis congojas.
18Mira mi aflicción y mi trabajo, Y perdona todos mis pecados.
19Mira mis enemigos, cómo se han multiplicado, Y con odio violento me aborrecen.
20Guarda mi alma, y líbrame; No sea yo avergonzado, porque en ti confié.
21Integridad y rectitud me guarden, Porque en ti he esperado.
22Redime, oh Dios, a Israel De todas sus angustias.